Quiénes Somos
Quiénes Somos
Nuestra Historia
Somos la 4ª generación de panaderos en la familia, la 3ª al frente de Panadería Leis. En el año 1954, mi abuelo, José Leis Alonso, montó un pequeño horno de piedra en el número 70 de la Rúa de San Pedro. Eran tiempos muy duros y difíciles. Mi abuelo hacía pan y mi abuela, con un cesto en la cabeza, lo repartía por las casas de las aldeas.
En el año 1963, trasladan el horno a la Rúa da Angustia, en el mismo barrio, que es donde siempre estuvo nuestro obrador.
En el año 2018, se jubila mi padre, quedando yo al frente del negocio familiar. Desde entonces intentamos dar otro giro en la dirección de la empresa y nos centramos en la venta directa al público, abriendo tiendas donde poder ofrecer la máxima calidad posible a nuestros clientes, al mismo tiempo que intentamos proporcionar una buena información sobre lo que están adquiriendo, para que sepan valorar las ventajas que tiene un pan bien hecho, con buenas materias primas y con la importancia de respetar cada proceso.
Fernando Leis
Hijo y nieto de panaderos artesanos. Prácticamente nací entre harinas. Estuve hasta el año 2008 aprendiendo y trabajando en la panadería familia, hasta que decidí irme a Barcelona a conocer mundo y allí me encontré con mi compañera de vida Yolanda. Desde entonces emprendimos un viaje juntos en el que cada día seguimos aprendiendo uno del otro.
Barcelona me enseñó a crecer personalmente, a conocerme, y a valorar que para conseguir tus propósitos se necesita mucho esfuerzo y dedicación. Me enseñó también que a veces necesitas marchar para volver con más fuerza.
Hijo y nieto de panaderos artesanos. Prácticamente nací entre harinas. Estuve hasta el año 2008 aprendiendo y trabajando en la panadería familia, hasta que decidí irme a Barcelona a conocer mundo y allí me encontré con mi compañera de vida Yolanda. Desde entonces emprendimos un viaje juntos en el que cada día seguimos aprendiendo uno del otro.
Barcelona me enseñó a crecer personalmente, a conocerme, y a valorar que para conseguir tus propósitos se necesita mucho esfuerzo y dedicación. Me enseñó también que a veces necesitas marchar para volver con más fuerza.
Hoy, puedo decir que nos sentimos muy satisfechos con lo que hacemos y sigo aprendiendo constantemente para mejorar y evolucionar en todos los aspectos de mi vida.
Hoy, puedo decir que nos sentimos muy satisfechos con lo que hacemos y sigo aprendiendo constantemente para mejorar y evolucionar en todos los aspectos de mi vida.
Yolanda Donet
Estudié hasta los 26 años y siempre me ha movido el diseño y todo lo relacionado con la creacion.
En 2010 conocí a Fernando (para mí Leis). Trabajábamos en una gran empresa juntos y desde entonces no hemos dejado de caminar en la misma dirección. Estuvimos entre calles catalanas hasta 2014 cuando, junto a Fernando, decidimos iniciar una nueva etapa en Santiago de Compostela, donde tenían una pequeña panadería como negocio familiar.
El mundo de la panadería era nuevo para mí y fue todo un descubrimiento encontrarme con un oficio tan sacrificado y gratificante a la vez.
Estudié hasta los 26 años y siempre me ha movido el diseño y todo lo relacionado con la creacion.
En 2010 conocí a Fernando (para mí Leis). Trabajábamos en una gran empresa juntos y desde entonces no hemos dejado de caminar en la misma dirección. Estuvimos entre calles catalanas hasta 2014 cuando, junto a Fernando, decidimos iniciar una nueva etapa en Santiago de Compostela, donde tenían una pequeña panadería como negocio familiar.
El mundo de la panadería era nuevo para mí y fue todo un descubrimiento encontrarme con un oficio tan sacrificado y gratificante a la vez.
Cada una la diseñamos y la creamos con todo nuestro esfuerzo y pasión y para mí personalmente fue un proceso de crecimiento personal y de satisfacción.
Hoy, cinco años después, puedo decir que me siento orgullosa de nosotros, de nuestra evolución, del gran equipo que formamos, de todo lo aprendido y de toda la gente que conoces en el camino. Doy gracias a Santiago de Compostela por acogerme así de bien, por hacerme sentir como en casa y por darme tanta felicidad. Espero seguir creciendo como persona, trabajadora, madre y como mujer y no dejar nunca de entusiasmarme.
Cada una la diseñamos y la creamos con todo nuestro esfuerzo y pasión y para mí personalmente fue un proceso de crecimiento personal y de satisfacción.
Hoy, cinco años después, puedo decir que me siento orgullosa de nosotros, de nuestra evolución, del gran equipo que formamos, de todo lo aprendido y de toda la gente que conoces en el camino. Doy gracias a Santiago de Compostela por acogerme así de bien, por hacerme sentir como en casa y por darme tanta felicidad. Espero seguir creciendo como persona, trabajadora, madre y como mujer y no dejar nunca de entusiasmarme.
A DONDE QUEREMOS IR
La idea es volver un poco al principio, a los tiempos de mi abuelo, en los que no se hacían grandes cantidades de pan, pero lo que se hacía era excelente.